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Veredas. La Posta del Chuy

La Posta del Chuy

UN DOCUMENTO DE PIEDRA CAPAZ DE PRESERVAR SECRETOS DE LA PATRIA 

Veredas de Ramón Mérica para su Diario Uruguay (Archivo: Domingo 15/06/1997)

Es muy raro el uruguayo que no haya oído hablar de ella, de su calidad de legado histórico y al mismo tiempo de su pétrea arquitectura, pensada y llevada a cabo como como una excelente construcción de cuño medieval. Se la llama la Posta del Chuy, pero a no confundir con los límites esteños con el Brasil: sus dominios están en el departamento de Cerro Largo, donde es imposible sustraerse al encanto de ese viejo edificio. "Veredas" anduvo por allí.


Veredas. Un manantial creativo desde la medicina hasta el tango

La Aguada, sus gentes y sus lugares (2a. parte)

UN MANANTIAL CREATIVO: DESDE LA MEDICINA HASTA EL TANGO

Veredas de Ramón Mèrica para su Diario Uruguay (Archivo: Domingo 10/08/1997)

 Aires de fronda sobrevuelan, auspiciosos, por el barrio de La Aguada, uno de los referentes fundacionales de la Montevideo de hoy. En la última entrega de "Veredas" (domingo 3/7/97) el punto tratado fue el de sus orìgenes, cuya importancia está revelada desde el bautismo. Pero La Aguada ha sido màs que un barrio: entre sus calles se forjaron historias, leyendas, nombres propios que hoy pertenecen al imaginario colectivo del país. Revelar algunos de ellos -todos, sería imposible- es la razón de esta segunda entrega sobre uno de los enclaves más entrañables de la ciudad.


Veredas: El viejo casco histórico de Montevideo

EL VIEJO CASCO HISTORICO DE LA CIUDAD HA CAIDO EN BUENAS MANOS 

Veredas de Ramón Mérica para su Diario Uruguay (Archivo: 27/07/1997)

No hay ninguna sorpresa jeràrquica en el comportamiento actual del arquitecto Julio Villamarco, 66, flamante Presidente de la Comisiòn del Patrimonio de la Ciudad Vieja. No la hay porque el señor ejerce ese cargo, silenciosamente, desde hace dos años, aunque recién hace un par de semanas recibiò la unción oficial. Durante una extensísima y enriquecedora entrevista con "Veredas" en su caseròn reciclado de Pocitos, el arquitecto reveló muchos detalles de esta ciudad que lo desvela desde hace años. Por lo torrencial de esas reflexiones, se ha optado, más que por la estructura de una entrevista por un reposado y muy vivido monólogo.

Arq. Julio Villamarco, flamante Presidente de la Comisiòn del Patrimonio de la Ciudad Vieja

UN BARRIO, UNA CUADRA, UN PAR DE COSAS


VEREDAS de Ramón Mérica. Por aquí pasaron... Un barrio, una cuadra, un par de casas -


- VEREDAS DE RAMON MÉRICA EN DIARIO URUGUAY


- Por aquí pasaron

- UN BARRIO, UNA CUADRA, UN PAR DE CASAS


Todo empezó con el anuncio entre amigos - sin letrero a la vista, como nunca lo tendrá -de la venta de una casa en el Prado. Como bien lo sabe el periodismo de seguimiento, una idea de nota oculta mil otras. Es lo que ocurrió con la investigación epocal de esa residencia de la cual "Veredas" conocía algunas hilachas de su historia.

Algunas noches, la pluma del editor se detenía ante un mandato que le parecía divino. Algo de eso había. Por un rato dejaba de angustiarse ante el bochornoso ajedrez de la Guerra Fría y sus secuaces, se permitía descansar las manos sobre el escritorio y miraba sin ver hacia la ventana de la casa vecina desde la que se expandía, generoso entre los bosques del jardín, el hilo de voz más sugestivo que jamás había escuchado, la cuerda mejor afinada, el misterio cantado como lo pedía Debussy o Fauré y como obedecía la invisible y magnífica señora que propugnaba ese milagro.

Hacia 1954 ya habían pasado unos doce años que el doctor Carlos Quijano y su familia habitaban la preciosa casa de Buschental 3461, pero jamás imaginaron que a la gracia natal del inmueble pergeñado alrededor de 1909 por Federico Capurro Ruano, algún día se le agregaría el encantamiento sin horas de las modulaciones de la gran Ninon Vallin, una gloria de Francia que se convertiría en una bendición para el Uruguay.

Porque aunque muy gente lo sepa, Mlle Vallin vivió un par de años como vecian de los Quijano Capurro, en la residencia del doctor Pedro Barcia y su mujer Lucía Capurro Ruano, en esa casa que ahora está a la venta. En esos dos años entre 1954 y 1956, la casa de sus anfitriones fue una verdadera colmena de música, sobre todo de cantantes, que no dejaron pasar aquella oprotunidad única de acercarse a conocer y hasta estudiar con la "Impératrice du Chant", como la llamaban los críticos y admiradores.

EL PRADO DE LOS MILAGROS

Como es que Mlle Vallin llegó a instalarse en la Avenida Buschental 3467 es una historia que nadie conoce mejor que la doctora Olga Barcia Capurro de Kadsorf, 82, moradora de la casa junto a su marido el oncólogo Helmut Kasdorf desde hace más de medio siglo. Sin dejar de mirar los añosos robles de su jardín a través de los ventanales, la señora susurra:
"Mis padres iban a las temporadas de ópera en el Colón y allí oyeron a Ninon y pensaron que era algo excepcional. Mamá se puso en contacto con ella, y como mamá cantaba, Ninon le dio clases. También la vio en Europa, la visitó en la chacra que Ninon tenía cerca de Lyon, La Sauvagére y de discípula y maestra.

Entonces en el momento en que se iba a formar el Conservatorio Nacional de Música dirigido por Carlos Estrada, que era mjy francófilo y sabía muy bien quién era Ninon, mi madre le sugirió contratarla como maestra de canto.

Entonces mis padres le ofrecieron un pequeño apartamento en la planta baja, con salida individual al jardín, y allí estuvo esos dos años, enseñando y preparando algunas de las grandes voces del Uruguay, como Raquel Adonaylo, entre otras. Eso era el cincuenta y cuatro.

En aquelmomento Ninon tendría unos sesenta y cuatro años, estaba semi retirada, pero todavía cantaba. Incluso en esos años hasta grabó un disco con varias canciones. Fue extraordinario para el mundo musical uruguayo la presencia de Ninon en Montevideo. Mamá, antes de que ella llegara, le preparó un grupito de alumnos con los que iba a trabajar, como Elena Gioscia, Isabel Lussich y su hermana Yvonnette y después fueron agragándose muchos más. También en ese grupo estaba Mimí Satre, que era discípula de mamá.

PERICON Y CHAMPAGNE

A pesar de que adoraba el canto, mamá prefirió enseñar en vez de cantar. Cantó en público muy escasas veces. Recuerdo, una vez que lo hizo para la Facultad de Medicina cuando cayó Polonia, y entonces hizo algo de Chopin. Pero nada más.

Fueron años imborrables los que pasamos en casa con la presencia de Ninon. No solamente era una cantante impresionante, sino un ser humano excepcional, de una sencillez y una modestia que no calzaban con su celebridad.

Me acuerdo, sobre todo, que le encantaba cocinar, como buena francesa. Y muchas veces rezongaba porque no encontraba los ingredientes que precisaba para sus recetas, pero aun así las hacía, aunque algunas veces le quedaban tortas duras como piedra. Ella era de Millery cerca de Lyon, y cuando volvía tenía traía las recetasde una cuñada y también se traía los vinos,y las mermeladas caseras, una maravilla. Un día, después de su caminata diaria, rigurosa, por aquí por El Prado, dijo que tenía ganas de divertirse y de tomar champagne. Ya había dado la recorrida por Buschental, Diecinueve de Abril, Lucas Obes, el Botánico, la Rural y al volver fue que dijo eso. Entonces nosotros nos unimos a esa alegría, empezamos a tocar el pìano con canciones populares, a cantar a viva voz y a bailar y a tomar champagne. Cuando quisimos acordar, estábamos en pleno Pericón, con relaciones y todo, y tomando champagne.¡Pericón con champagne, qué cosa más extravagante!.

EL GRAN DESFILE

Hubo una sola personalidad artística internacional que de paso por Montevideo no vino a saludar a Ninon; Lilí Pons. En cambio, Ninon fue a escucharla. Me invitó y fuimos con ella al Solís. Todo el público estaba muy ansioso por escucharla en el momento tan difícil del Re altísimo de "Lucía de Lammemoor", creo que es un Re, hasta que llegó ese momento. Lo hizo muy bien, por cierto, pero al final con Ninon nos miramos y no dijimos nada. Lo que hacía Lilí no tenía nada que ver con el método de Ninon, era otra cosa, era muy Hollywood, hasta en el vestuario, pero Ninon no dijo nada. Yo me di cuenta perfectamente de lo que pensaba.

Los demás grandes vinieron todos a esta casa: Marian Anderson, se pasó una tarde entera charlando con Ninon en el sofá frente a esa estufa; Madeleine Renaud y Jeann Louis Barrault vinieron apenas llegaron a Montevideo, y en esa gira trajeron el "Cristóbal Colón de Claudel con música de Pierre Boulez. Por eso es que Boulez también vino para dirigir la orquesta, ya eran amigos con Ninon, y ella lo llamaba "Petite Boulle". Vino mucho a esta casa.

Esta ha sido una casa muy tocada por la magia de los artistas. Mucho antes que viniera Ninon, mi padre solía invitar aquí a casa a Eduardo Fabini, que era un hombre muy taciturno, muy depresivo, según oía yo decir a mi padre, que repetía: "Hay que invitarlo. Hay que inviatrlo. Hay que levantarle el ánimo..."

El piano, un Bossendorfer caoba de cuarta cola, estaba junto a esa pared. Ese sí que que es un piano con historia. Creo que ahora lo tiene una familia Altolaguirre. En ese piano, de pantaloncito corto, venía a tocar Héctor Tosar, porque en esta casa siempre hubo una devoción absoluta por la música. Como si fuera poco, desde hace algunos años, en la parte alta, en un apartamento privado, vive la cantante Alba Tonelli, que también estudió con Ninon. Es como que todo se hubiera conjuntado para que esta casa tenga un sonido propio.

Pero nos tenemos que ir. Es una casa muy grande, el jardín requiere cuidados permanentes, y todo eso es muy costoso y muy complicado. Así que nos tenemos que ir. Seguramente al centro, donde está todo a mano, donde a nuestra edad es más fácil vivir, pero El Prado es El Prado..."

DEVELACIONES SOBRE JORGE LUIS BORGES


DEVELACIONES SOBRE JORGE LUIS BORGES. Ramón Mérica tras los pasos del demiurgo.


- EL LIBRO DE HOMENAJE A BORGES


- Tras los pasos del demiurgo



- Por VEREDAS caminadas por Ramón Mérica


Un libro, "Develaciones". El mayor homenaje que se le podía ofrecer a un hombre que se abasteció de ellos. Un libro con fotografías de lugares en que se desarrollan sus cuentos y poemas, fragmentos de los cuales salpican el volumen como datos esclarecedores. El martes 24 de agosto, la presentación de ese libro es el gran homenaje de la Argentina a su máximo escritor. Ha de ser en el Museo Nacional de Bellas Artes porteño y "Veredas" ha sido especialmente invitada. De ese tributo, posible gracias a la Fundación Eduardo Costantini, esta página publica un anticipo exclusivo con una entrevista a uno de sus máximos responsables, el fotógrafo Facundo de Zuviría.


Su abuela Martha Molina Gowland, fue amiga y admiradora de Borges, y aunque él nunca conversó con el maestro, por aquéllo de que Dios los cría... un día se vio enredado en una maravillosa historia de gratitud con JLB y la fotografía, la pasión de Facundo de Zuviría, 44.


LA URBE EN BLANCO Y NEGRO
Aunque hizo estudios de Derecho y se recibió de abogado, el tercer ojo fue siempre la pasión más fuerte de Zuviría, que ha transitado por los más respetados medios periodísticos y visuales de Buenos Aires con una sostenida fortuna de excelencia. Hoy, sus trabajos aparecen en La Nación y especialmente en DyD, la impecable revista de diseño y decoración donde el afinadísimo ojo de Zuviría consigue proezas con el resplandor de una ventana, la altanería de una pintura o la majestuosidad de un sillón, amén del regusto desembozado por el mundo urbano, sus edificios, sus fachadas, la orfebrería de su arquitectura.

No en vano no duda en aclamar: "Fotografiar edificios es de lo que más me gusta."

Gran parte de ese gusto se lo sacó con Estampas porteñas, un espléndido libro de fotografías en blanco y negro que se demora placenteramente sobre interiores y exteriores de bares y cafés, claroscuros de la gran ciudad y sus moles edilicias, y sobre todo el paisaje humano de señoras y señores que pueblan la gran urbe y sus barrios. También, en ese volumen, descuellan los escaparates y vidrieras, vieja debilidad de Zuviría.


GÉNESIS DE LA MAGIA
Hasta que se cruza en su camino el inesperado proyecto del libro que se convertiría en el homenaje mayor a Borges en el centenario de su nacimiento.
No puede disimular el orgullo que le provoca el producto terminado, pero noblesse oblige, es imprescindible conocer la génesis de Develaciones.

Hay algo que tiene que quedar bien claro. el proyecto éste pertenece a Félix della Paolera, "Grillo" como le decimos los amigos, y lo empezó él con Borges, al que se sumó después Julie Méndez Ezcurra con más fotos. Se murió Borges, luego murió Julie, muy joven, y las fotografías quedaron en mis manos. En algún momento, a "Grillo" se le ocurrió reflotar aquel proyecto de un libro con fotografías de los lugares literarios de Borges, y viendo que teníamos la posibilidad de hacerlo a través de Soledad Costantini con el auspicio de la Fundación de su padre Eduardo, ahí fue donde la idea tomó forma definitiva.

- "En "Estampas porteñas", usted por su parte ya había intentado un mecanismo semejante, porque los diversos capítulos del libro están antecedidos por líneas o reflexiones de escritores famosos como Marechal, Mujica Láinez, Malraux y hasta el mismo Borges.

- Claro. me gusta ese tipo de ejercicio, porque antes de reflotar esto que es "Develaciones", yo por mi parte me había propuesto fotografiar los lugares vinculados a Borges en Buenos Aires y Adrogué. Hasta pedí una beca Guggenheim para llevarlo a cabo, no se hizo, y quedó ese proyecto archivado en mi cabeza. Hasta que en un momento, algo casi mágico, "Grillo" me preguntó si yo sabía algo de las fotos de Julie Méndez, el dije que las tenía yo porque éramos muy amigos y socios como fotógrafos, y por eso la familia me confió toda su obra a mí. Así fue que renació ese viejo proyecto.


EN POS DE "GEORGIE"
- Que había empezado con la aprobación de Borges, por cierto.
- Es así. "Grillo", se lo propuso. Borges se entusiasmó, y así "Grillo" empezó a tomar fotos allá por el ochenta. Además "Grillo" , es el que hizo conocer a Borges la historia de los hermanos Iberra, los de la milonga famosa, le mostró muchos lugares del malevaje en Adrogué, Borges fascinado. Además "Grillo" consiguió en Adrogué una casa donde Borges veraneó un par de años. Era muy muy amigo de Borges.
- Por lo que se ve en el libro, la mayoría de las fotos son suyas.
- En el libro hay unas diez fotos de Julie y unas cincuenta mías, pero todo ha sido un laborioso trabajo de equipo con la Fundación Constantini a la cabeza.
- Cuando usted tuvo que salir a la calle en pos del Borges de Buenos y Aires y de Adrogué y fotografiar los vínculos del escritor con su entorno, ¿qué es lo que más le interesó rescatar?
- Me interesó rescatar todo lo que se pudiera. Pero la idea nunca fue hacer un "coffee table book", un libro de enorme formato con fotografías muy vistosas y en un sentido artificial como los que se ponen en la mesa baja del living. Lo que tratamos fue de hacer un libro más académico, muy documentado, donde cada lugar está señalado con mucha precisión porque se lo vincula con Borges.


NOMBRES Y ARQUETIPOS
- Aunque Borges era muy pícaro en tratar de omitir, siempre que podía, los nombres exactos de los sitios sacados donde ocurrían sus historias. Mucha veces había que adivinarlos. Por ejemplo: el bar Anchor Inn, en Avenida San Juan y Paseo Colón, no está mencionado así en el libro, pero allí es donde Emma Zunz va hilando la terrible venganza contra Simon Lowenthal. ¿Cómo supieron que el Anchor Inn era el bar de Emma Zunz?

- En el relato el bar tiene otro nombre, inglés también, pero "Grillo" en muchas conversaciones con Borges le preguntaba: ¿Ese lugar que usted menciona en tal cuento es tal bar o café? y Borges le daba las clases exactas, le decía el nombre justo. Fue más fácil con otros lugares más identificables como las casas donde vivió, el colegio adonde fue, que ahora es una ruina. Es muy importante el texto de "Grillo", porque ahí él hace un análisis afinadísimo de Borges y su literatura y donde dice que para Borges todo era literatura. Yo siempre me acuerdo de un hecho así como que alguien dijo "Esa pared azul descascarada" y Borges dijo: ¡Qué bonito endecasílabo!, sin que el otro pensara en nada literario.

- Es curioso que con la admiración que le tiene, nunca hubiera estado con Borges y que le haya tomado solamente una fotografía, por casualidad, y de espaldas.
- Es la fotografía que cierra el libro, es Borges de espalda, yéndose por la Plaza San Martín, cerca de donde vivía. Y la tomé por puro azar. Yo pasaba por allí, descubrí que era él con otra persona y lo tomé como estaba: de espaldas, como yéndose, y por eso es la que cierra Develaciones.


LOS GUIÑOS DEL MAESTRO
- ¿Qué es lo que más le gusta de Borges?
- Me encanta todo Borges. He leído casi todo sus cuentos, muchísimos ensayos, casi toda su poesía, pero además me divierte Borges. Le encuentro humor, ironía por todos lados, porque no lo tomo de una manera académica y solemne, sino que cuando lo leo me divierto mucho porque todo el tiempo le encuentro guiños, desde las citas apócrifas hasta los modismos, las palabras, los elementos que usa para describir los tipos criollos, como describe cada personaje. Todo.

- Para la fecha del centenario de Borges, ¿hay alguna otra celebración en Buenos Aires?
- Quizá la haya. No lo sé. Lo que sí me parece es que la presentación de Develaciones es el homenaje mayor, el tributo de la Argentina a su gran escritor en el que estarán su viuda María Kodama, autora del prólogo del libro, Eduardo Costantini y su hija Soledad, de la Fundación de su Familia. Félix della Paolera y yo. Por mi parte, no tengo más que agradecer por esta oportunidad única de haber integrado un equipo fantástico para este homenaje que es el que a Borges le hubiera gustado: discreto, sobrio, sencillo, pero, sobre todo, con un libro. Más, no se puede pedir.


DEVELACIONES
Textos: Félix della Paolera. Prólogo: María Kodama. Fotografías: Facundo de Zuviría y Julie Méndez Ezcurra. Editor: Fundación Costantini. 128 páginas. 56 fotografías en blanco y negro.

(Nota publicada por Ramón Mérica en El País, el domingo 22 de agosto de 1999)

EL MONTEVIDEO DE BORGES


EL MONTEVIDEO DE BORGES -



- HECHALAMERICA POR RAMON MERICA


- El Montevideo de Borges de Montevideo
- Ramón Mérica con Jorge Luis Borges (ARCHIVO: DIARIOURUGUAY.COM.UY) -



- EL POETA BIFRONTE

Amó al Uruguay como un oriental más. Le cantó a su geografía, a sus orígenes, a su pueblo y a sus gloriosos mayores con un ardor que no permite distinguir la frontera entre la admiración, el respeto y la reflexión. Amó a Montevideo como una posible cuna, a sus infinitos ancestros orientales, a sus calles, sus casas, sus poetas, sus parques y jardines. Tanto les cantó que cuesta separar al Borges habitual del Borges instalado en una utópica islita en medio del Río de la Plata. Salimos en pos de Borges y ese Montevideo que nunca lo abandonó.

Se sabe que moría por Venecia. Se sabe que lo embelesaba, sin verla, la Irlanda de jubilosa historia literaria. Se sabe que lo atrapaba Atenas, cuna donde todas las cosas empezaron. Todo eso es muy sabido, pero él se encargó de dejar muy en claro que había tres ciudades en el mundo en las que sintió haber encontrado “esas íntimas patrias que un hombre va buscando en el decurso de los viajes”, Austin (Texas), Ginebra y Montevideo.

Para cada una de ellas, hay una soberbia explicación. En Austin, en 1961, pasó con su madre Leonor Acevedo una de las etapas más gratas de su vida con el ser más querido y entrañable, a Ginebra le debe “a partir de 1914, la revelación del francés, del latín, del alemán, del expresionismo, de Shopenhauer, de la doctrina del Buda, del Taoísmo, de Conrad, del Lafcadio Eran y de la nostalgia de Buenos Aires”. También le debe el descanso eterno ya que allí está sepultado desde 1986, en el Cementerio de Plain Palais, porque fue la ciudad que eligió para morir:”Sé que volveré siempre a Ginebra, quizá después de la muerte del cuerpo.”


UN AFECTO APARTE

Con Montevideo pasa algo muy diferente que con Austin y Ginebra. En el Uruguay, específicamente en Montevideo, Borges alumbra la memoria con sus infinitos ancestros orientales y no dejó pasar la menor oportunidad para declarar no sólo su encantamiento por la ciudad y el país sino la gozosa complacencia de pertenecer a ellos.

“Yo no sé dónde están mis primeros recuerdos infantiles: si en la casa que mis padres compraron en el barrio porteño de Palermo o en la quinta de mi tío Pancho Haedo en Paso del Molino en la calle Lucas Obes.”

Para escándalo de sus amigos porteños y sobre todo de su augusta madre, que se molestó con esa confesión, también dijo: “La nacionalidad de una persona no se debe al sitio donde fue engendrada. Y mi padre me aseguraba haberme engendrado en la estancia de mi tío Francisco Haedo, Pancho, en el Río Negro. Por lo tanto, yo sería oriental, ¿no le parece?.”


EL LINAJE ORIENTAL

Más allá de esas aseveraciones y recuerdos, hay una prosapia indesmentiblemente oriental en la vida de Borges. Por lo pronto: el famoso abuelo Francisco Borges que peleó contra Oribe, la muy cantada y admirada abuela casada con éste, nacida en Mercedes, y por el lado materno los Lafinur, de donde viene el también tan mentado tío abuelo Luis Melián Lafinur. Asimismo, por el lado materno, los Haedo uruguayos (perdón orientales) ya que su madre se llamaba Leonor Acevedo Suárez Haedo, de donde desciende su prima predilecta Esther Haedo Young de Amorín, hija de don Pancho, casada con el escritor salteño Enrique Amorín. Como en todo trazado genealógico, la lista de parientes es interminable; en este caso los orientales de Borges, y para alguien muy preocupado por sus raíces, esos datos se convirtieron en una suerte de íntima religión familiar a través de la memoria y la escritura. Bastaba escucharlo, basta leerlo para descubrir esa zona étnica de la que se sentía tan orgulloso.


JLB Y SU MUNDO Jardines de ciudades que se bifurcan.

EL ARROYO BRAVIO
“En el Prado, me acuerdo, había un arroyo con un nombre increíble. Se llamaba el Quitacalzones. ¿Verdad que es gracioso? ¡Qué lindo lugar, me acuerdo! Nosotros tomábamos el tranvía para bañarnos en Capurro. ¡Qué lindo era todo aquello! Ahora, ¿cómo está?

MONTEVIDEO
Resbalo por tu tarde como el cansancio por la piedad de un declive.
La noche nueva es como un ala sobre tus azoteas.
Eres el Buenos Aires que tuvimos, el que en los años se alejó quietamente.
Eres nuestra y fiestera, como la estrella que duplican las aguas.
Puerta falsa en el tiempo, tus calles miran el pasado más leve.
Claror de donde la mañana nos llega, sobre las dulces aguas turbias.
Antes de iluminar mi celosía tu bajo sol buenaventura tus quintas.
Ciudad que se oye como un verso.
Calles con luz de patio.

Luna de enfrente (1925)

LA ADMIRABLE LEVEDAD DEL SER


RAMÓN MÉRICA Y JORGE LUIS BORGES CON SUSANA SOCA -



- HECHALAMERICA POR RAMÓN MÉRICA

- LA ADMIRABLE LEVEDAD DEL SER
- Ramón Mérica con Jorge Luis Borges
(Archivo: DiarioUruguay.com.uy) -


Susana (Soca) era de una increíble levedad. Una mujer con la que se podía estar horas y horas conversando sin que nada ni nadie osara jamás romper ese encantamiento. Con el paso de los años, la imagino como una suerte de homenaje a la discreción.
Cuando supe de su terrible muerte con la caída del avión en el Brasil, le escribí un poema que lamento ella no lo haya podido leer”.


San José 822 La morada de la Dame á la Licome
SUSANA SOCA

Con lento amor miraba los dispersos
Colores de la tarde. Le placía
Perderse en la compleja melodía
o en la curiosa vida de los versos.

No el rojo elemental sino los grises
hilaron su destino delicado
hecho a discriminar y ejercitado
en la vacilación y los matices.

Sin atreverse a hollar este perplejo
laberinto, atisbaba desde afuera
las formas, el tumulto y la carrera,

como aquella otra dama del espejo.
Dioses que moran más allá del ruego
la abandonaron a ese tigre, el Fuego.

El Hacedor (1960)



DE POETAS Y ALDEANOS

“Yo siempre reuerdo esos versos admirables de Emilio Oribe, gran poeta Oribe, ¿eh?. Esos versos que dicen: “La pánica llanura interminable/y cerca del Brasil” Qué manera admirable de describir en dos líneas toda una épica del paisaje.

Otro poeta que me pareció muy bueno es Ipuche. Pedro Leandro Ipuche. A mí me parece que Ipuche era un gran conocedor del campo, de la gente del campo, porque al leerlo uno tiene la sensación de estar escuchando a alguien que sabe muy bien de lo que está hablando o escribiendo. No memorizo en este momento una línea suya, pero recuerdo que siempre me impresionó mucho.

Hay unos versos de Delmira que me han gustado siempre. Son esos versos donde ella dice:”Amor, la noche estaba trágica y sollozante/cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura” Admirable; ¿no?. Porque ahí ella describe un claro acto sexual, pero lo hace con tanta delicadeza, con tanto pudor y tanta sutileza, que al escribir “llave” ya sabemos lo que es sin decirlo, además la llave es de oro, y esa llave “canta”, no entra ni penetra, y uno tiene la sensación de estar escuchando unos versos traducidos del persa, de las Mil y Una Noches, o algo así.
Volviendo a los nativistas; como se llamaban ellos, Ipuche era bueno, pero a mí me parece que Silva Valdés no tanto, ¿no?. A mí se me hace que Fernán Silva Valdés era un gauchito del Paso del Molino, ¿no?.


MILONGA PARA LOS ORIENTALES
(fragmentos)

Milonga que este porteño
Dedica a los orientales.
Agradeciendo memorias
De tardes y de ceibales.

El sabor de lo oriental
Con estas palabras pinto;
Es el sabor de lo que es
Igual y un poco distinto

Milonga de tantas cosas
Que se van quedando lejos
La quinta con mirador
Y el zócalo de azulejos

Como los tientos de un lazo
Se entrevera nuestra historia
Una historia de a caballo
Que huele a sangre y a gloria.

Para pelear como hermanos
Era buena cualquier cancha;
Que lo digan los que vieron
Su último sol en Cagancha

Milonga para que el tiempo
Vaya borrando fronteras;
Por algo tienen los mismos
Colores las dos banderas.

EL PAÍS DE RAMÓN MÉRICA

EL PAÍS DE RAMÓN MÉRICA
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